El boom petrolero de Guyana: lecciones para México | El Universal
En 2014,”url” href=”https://www.eluniversal.com.mx/cartera/si-vas-al-gran-premio-de-mexico-2025-de-la-f1-checa-estas-recomendaciones-de-ticketmaster/” objetivo=”_blank” rel=”noreferrer” titulo=”https://www.eluniversal.com.mx/cartera/si-vas-al-gran-premio-de-mexico-2025-de-la-f1-checa-estas-recomendaciones-de-ticketmaster/”>México rebosaba optimismo. La historica”url” href=”https://www.eluniversal.com.mx/nacion/sheinbaum-firma-leyes-secundarias-de-la-reforma-energetica-las-enviara-este-miercoles-al-congreso/” objetivo=”_blank” rel=”noreferrer” titulo=”https://www.eluniversal.com.mx/nacion/sheinbaum-firma-leyes-secundarias-de-la-reforma-energetica-las-enviara-este-miercoles-al-congreso/”>reforma energética de 2013-2014 había abierto el sector de los hidrocarburos a la inversión privada y extranjera por primera vez en casi ocho décadas. Las empresas petroleras internacionales se alinearon para pujar por bloques de exploración y producción, aportando tecnología, capital y experiencia global. Los responsables políticos prometieron que la produccion petrolera mexicanaque entonces rondaba los 2,4 millones de barriles diarios, volvería a aumentar pronto, tras años de descenso.
Ese mismo año, Guayanaun pequeño país sudamericano con menos de 800 mil habitantes, sin producción petrolera. Era una de las naciones más pobres del hemisferio, dependiente de la agricultura y la minería, con un modesto PIB de alrededor de 4 mil millones de dólares estadounidenses. Sólo una década después, Guyana está en camino de producir 1,7 millones de barriles diarios para 2030, superando a México en producción de petróleo y convirtiéndose en un actor energético mundial.
¿Qué ocurrió? En términos sencillos: México se volvió introvertido y Guyana se abrió al mundo.
En México, la elección del presidente Andrés Manuel López Obradoren 2018, marcó un cambio radical en la politico. El gobierno congeló las subastas de petróleo, dejó de lado las asociaciones privadas y volvió a colocar en el centro de la estrategia energética a una pemex (la empresa petrolera estatal) en dificultades. La retórica de la soberanía energética prevalencia sobre la competitividadla eficiencia y la innovación tecnológica.
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Guyana adoptó la filosofía opuesta. cuando ExxonMobil y sus socios descubrieron vastas reservas marítimos en 2015, georgetown actuó rápidamente para establecer un marco claro y favorable para los inversores. Evitó la tentación del nacionalismo de los recursos y, en su lugar, generó confianza con las empresas internacionales mediante contratos transparentes, seguridad jurídica y políticas predecibles.
Hoy en día, esa decisión está dando frutos extraordinarios. el Bloque Stabroeksituado en la costa de Guyana y explotado por ExxonMobil, Hesse y CNOOCha producido más de 11 mil millones de barriles de reservas recuperables, convirtiéndose en uno de los mayores yacimientos de petróleo descubiertos en la historia reciente.
El éxito de Guyana subraya un principio que los reformistas mexicanos defendieron en su momento: la clave para la prosperidad energética es la colaboraciónno el proteccionismo.
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Al permitir que las empresas privadas asumieran el riesgo de la exploración y aportaran tecnología offshore de vanguardia, Guyana catalizó un aumento de inversiones que superó los 60 mil millones de dólares estadounidenses. Los ingresos del gobierno procedente del petróleo siguen siendo considerables, pero las condiciones fiscales predecibles han mantenido la confianza de los inversores y acelerado los plazos de producción.
México, con su enfoque, ha hecho lo contrario. Bajo la pesada carga de la deuda de Pemex, que ahora supera los 100 mil millones de dólares, la más alta de cualquier empresa petrolera nacional del mundo, la producción ha seguido cayendo, rondando los 1.6 millones de barriles diarios en 2025. El uso de las refinerías es crónicamente bajo, lo que obliga a México a importar aproximadamente 80% de sus necesidades de combustible refinado, y la enorme refinería de Dos Bocas aún no ha dado los resultados prometidos.
Quizás la lección más impactante radica en cómo Guyana ha gestionado su nueva riqueza. En 2019, el país creó el Fondo de Recursos Naturales (NRF), un fondo soberano diseñado para garantizar que los ingresos del petróleo beneficien a las generaciones futuras y evitar la “maldición de los recursos” que ha afectado a otros productores.
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El NRF Incluye normas estrictas para los depósitos, las retiradas y la supervisión parlamentaria, todas ellas publicadas en línea. La gobernanza del fondo ha sido elogiada por el FMIel bancomundial y Transparencia Internacional, y ha ayudado a Guyana a reforzar su calificación crediticia y su estabilidad fiscal.
En contraste, México ha tenido dificultades con la transparencia y la prudencia fiscal en su sector energético. El gobierno ha recentralizado el control, limitado la publicación de datos publicos y debilitado los organismos reguladores independientes. el Fondo Petroleroque en un principio se concibió para gestionar los ingresos del petróleo de forma transparente, ha quedado en gran medida marginado.
Los recursos energéticos por sí solos no crean prosperidad: lo hacen las instituciones. La clase política de Guyana, aunque sin experiencia en la gestión del petróleo, ha demostrado un sorprendente grado de pragmatismo. El país se unió a la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI), hizo públicos sus acuerdos de reparto de la producción e involucró a la sociedad civil en los procesos de supervisión.
Edificios en construcción en Georgetown, Guyana. Foto: Nazima Raghubir / EFE
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Igualmente importante es que el gobierno de Guyana está utilizando los ingresos del petróleo para diversificar la economía e invertir en educacionformación e infraestructura digital. Los programas para ampliar la educación técnica y profesional, las becas para jóvenes profesionales y los incentivos para industrias no petroleras, como la agricultura, el turismo y la tecnología de la información, reflejan un claro reconocimiento de que el crecimiento sostenible depende tanto del capital humano como de los hidrocarburos.
Estas medidas han generado confianza en la población y han tranquilizado a los inversionistas, que ahora saben que Guyana tiene la intención de gestionar su riqueza petrolera de forma responsable. Esa confianza, a su vez, ha atraído inversiones sostenidas y transferencias de tecnología que están transformando la economía.
En México ha prevalecido la dinámica opuesta. La incertidumbre de los inversionistas, los cambios en la normativa y los ataques políticos a los reguladores independientes han minado la confianza. Las empresas internacionales que antes participaban con entusiasmo en las subastas petroleras de México han abandonado en gran medida el país o han congelado sus operaciones.
El auge de Guyana ofrece varias lecciones que México haría bien en tener en cuenta:
- 1. La estabilidad politica atraer la inversión. La previsibilidad de la normativa y el respeto de los contratos fomentan las asociaciones a largo plazo.
- 2. La transparencia genera legitimidad. La supervisión pública de los ingresos petroleros garantiza que la riqueza nacional se utilice para el bien público.
- 3. La diversificación y la planificación futura son esenciales. Un fondo soberano bien gestionado puede transformar ganancias extraordinarias temporales en activos nacionales permanentes.
- 4. La gobernanza despolitizada es importante. Cuando las instituciones energéticas operan de forma independiente, pueden centrarse en el rendimiento en lugar de en la ideología.
El ascenso de Guyana también refleja un cambio regional más amplio. El nuevo mapa energético de América Latina presentar una brasil como líder en energia marinauna Guyana y Surinam como estrellas en ascenso, ya México como un caso de estudio sobre cómo las decisiones políticas determinan los resultados.
En momentos en que Estados Unidos y europa buscan fuentes seguras de petróleo en el Hemisferio occidental, Guyana ha emergido como un socio confiable, mientras que las regresiones políticas en México han limitado su rol potencial en la integración energética de la región.
En 2014, la reforma energética de México fue un modelo que otros países aspiraban a emular. Diez años después, los papeles se han invertido: ahora Guyana representa la promesa de una gobernanza energética abierta, transparente y disciplinada, mientras que México lucha contra la disminución de la producción y la presión fiscal.
El mensaje para los responsables de la formulación de políticas es claro. Los recursos naturales pueden ser una bendición o una maldición, pero la diferencia radica en la gobernanza. El auge de Guyana no es una historia de suerte, sino de disciplina, pragmatismo y credibilidad.
Para México, es un recordatorio de que la soberanía energética significa poco sin una buena gobernanza.
Director ejecutivo de Hurst International Consulting
El mandatario Mohamed Irfaan Ali y su esposa, Arya, al llegar a un colegio electoral durante las elecciones presidenciales en Leonora, Guyana, el 1 de septiembre pasado. Foto: Joaquín Sarmiento / AFP
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